sábado, 26 de octubre de 2013

violencia de género pag. 14


PRINCIPAL ENFERMEDAD DEL DOCENTE:

El estrés, la ansiedad y la depresión ocupan los primeros puestos en la lista enfermedades que causan baja laboral entre los docentes.

En el ámbito de los docentes, se habla mucho del estrés y del efecto “burnout”. Aunque fuertemente relacionados entre sí en cuanto a su significado, no es lo mismo estar estresado que estar "quemado".

El estrés, puede surgir cuando un individuo está sometido a fuertes demandas conductuales que le resultan difícil llevar a cabo. La respuesta del organismo al estrés se produce de manera inmediata, el organismo se activa y vuelve a equilibrarse una vez superada la situación, pero se va desgastando si se repite con excesiva frecuencia. Sin embargo, el efecto “burnout” se origina cuando los profesionales sobrepasan su capacidad de reacción de una forma adaptativa. Su consecuencia inmediata se presenta en síntomas de agotamiento, fatiga, desgaste psicológico, con severas pérdidas de energía que causan un descenso de cantidad y calidad de rendimiento, en definitiva, una sensación de no poder transmitir más de sí mismo a los demás, que deriva en frustración, fracaso y actitudes negativas no sólo ante el trabajo sino también ante la vida y hacia otras personas.




El éxito o fracaso de una actuación profesional reside en mantener el control sobre uno mismo, controlar la perspectiva. El conocimiento del "Yo" y el dominio del "ego". Se trata de buscar la continua mejora como ser humano a través del autoanálisis y la búsqueda de seguridad y estabilidad. El camino del éxito comienza con el reconocimiento de nuestras debilidades y saber mantener en todo momento tu cara profesional durante el desarrollo de tus cometidos.



IMPORTANCIA DE UN VEHÍCULO BLINDADO.

El propósito de un vehículo blindado para el uso diario debería ser el siguiente:

1- Proveer una "fortaleza" de protección para posibles actos de violencia.

2- Dar al individuo tiempo de reaccionar.

3- Permitir a los individuos estar seguros durante el ataque inicial.

4- Permitir a los individuos salir con seguridad de la Zona de peligro.

5- Proveer "Tranquilidad y un Sentido de Paz".

NOTA:

Ningún sistema de seguridad es infalible, sin embargo el uso de un adecuado equipo puede ser la diferencia entre la vida o la muerte, puede constituir la segunda oportunidad que muy pocos la tienen.







EL VERDADERO PERFIL DE UN ESCOLTA.

En los tiempos de hoy existen diferentes clases de escoltas privado. Los hay desde individuos con un alto grado de preparación y entrenamiento hasta aquellos que por el simple hecho de tener una estatura y peso mayor al promedio ingresan a las filas de la protección personal como escoltas privados.

Los mejores y más entrenados elementos suelen ser personas que mantienen un bajo perfil cuando se encuentran en servicio. Saben mantener la calma ante situaciones de aparente peligro y saben también que uno de los riesgos más altos en los que pueden colocar a su protegido, es involucrarse o involucrarlo en incidentes menores. Sobretodo cuando deben considerar que en muchos casos la estrategia para medir, debilitar o neutralizar el esquema de seguridad personal que protege a una determinada persona, puede presentarse en forma de incidentes cotidianos.

De la misma manera, estos elementos con alto grado de preparación saben perfectamente bien como reducir su vulnerabilidad analizando desde los vehículos que habrán de utilizar, los niveles de blindaje necesarios, como emplear señuelos y efectúan una planificación de rutas por donde transitar y por donde escapar en caso de peligro.

Recordemos que además del entrenamiento en artes marciales, uso de armas, capacitación en sistemas de comunicación, sistemas de blindaje y el entrenamiento que reciben para saber como actuar en diferentes circunstancias, los escoltas verdaderamente preparados saben como utilizar un auto como medio de escape, medio de protección y arma defensiva.

El problema aquí es que muchos de los elementos que fungen como escoltas, generalmente provienen de instituciones policiales o militares donde mas que pensar por si mismos, fueron adiestrados para acatar ordenes y para actuar violentando toda una serie de normas sociales y jurídicas que en los ámbitos sobretodo castrenses, carecen de importancia.

Con tan solo observarlos podemos ver que muchos de ellos centran su grado de infalibilidad por el tipo de arma que portan; muchos otros no hacen otra cosa mas que mostrar al mundo entero el mero hecho de que cuentan con un arma, sin ponerse a pensar que de esta manera están brindando valiosa información a los personajes u organizaciones que pudieran estar interesadas en propinarle daños a su protegido.

Aunado a esto, se debe hacer notar que muchos de los individuos que portan este tipo de protección, suelen mal entender las capacidades, responsabilidades y límites de acción de sus escoltas. Por ello no es raro ver a estos sujetos realizando tareas ajenas a su ámbito tales como mandados, servicios de transporte escolar, cuida coches, etc.

Tampoco es desconocido que muchas personas –sobretodo del mundo de la farándula- suelen emplear a sus elementos de seguridad como gángsteres al darles instrucciones expresas de golpear o dañar a reporteros, empleados o a sus mismos fans.

Debemos tener bien presente que la delincuencia en su gran mayoría es del tipo organizado, cuentan con equipos de comunicación, armas de diversos calibres, contactos en corporaciones policíacas, militares y muchas veces mantienen tratos con otras organizaciones criminales más peligrosas y especializadas como las dedicadas al narcotráfico o al robo de autos. Por lo que no podemos darnos el lujo de pretender estar seguros, debemos actuar en consecuencia.

Por eso es de destacar que el ser Escolta no es solo tener un constitución física robusta, ni un arma; sino tener los entrenamientos adecuados para resolver problemas en los instantes necesarios, esas cualidades son las que nos diferencia de un escolta de primer orden del resto de los demás.




ACTUACIÓN ANTE TEMBLORES Y TERREMOTOS.


Las principales acciones a seguir como efectivo de seguridad son las siguientes:

- Mantenga la calma.

- Conozca físicamente las vías de escape.

- Preocúpese que todas las puertas y vías de escape estén
despejadas.

- Aléjese de muebles altos y productos estibados en altura.

- No use ascensores y recomiéndelo así.

- Preocúpese que la zona de seguridad y evacuación esté señalizada.

- Corte suministro de gas y electricidad.

- Ayude a lesionados o personas en estado de shock.

- Terminado, adopte medidas de seguridad de cierre del área, a fin de evitar ingresos ilegales.


 Una imagen vale más que mil palabras. No al maltrato machista. Denuncia los malos tratos.


El chantaje emocional y la manipulación

El chantaje emocional es una forma de control que recurre a la culpa, la obligación o el miedo para conseguir que otra persona actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor de quién hace el chantaje. Una manera de manipular la voluntad ajena que se basa en provocar
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ALGUNOS TIPS PARA DETECTAR MENTIRAS MUY EFECTIVOS

 Uno de los temas más atractivos sobre el lenguaje corporal es cómo detectar mentiras.
¿Existirá una fórmula sencilla, que nos permita descubrir a quien no es sincero con nosotros?

Las mentiras pueden ser detectadas, en la medida que observas la forma de ser de quienes te rodean.
Mientras más estudias el lenguaje corporal de los demás, te haces cada vez más sensible a los cambios actitudinales que inevitablemente acompañan una falsedad.

Científicos como Paul Ekman y Allan Pease nos han permitido sintetizar algunos de los indicios claves para determinar si una persona elude la verdad, y podemos enumerarlos así:

1 – REPETIR LA PREGUNTA:
El primer tip para detectar mentiras despierta sospechas en cualquier situación; lo llamaremos “Repetir la pregunta” ¿En qué consiste? como su nombre lo indica, tiene dos manifestaciones posibles:

1) Cuando le haces una pregunta sencilla a una persona y ésta la repite total o parcialmente, como si no nos hubiese escuchado o entendido.
Por ejemplo, un diálogo clásico:
-Andrea: ¿Se puede saber dónde estabas tú anoche?
-Beto: ¿Anoche? / ¿Que dónde estaba yo anoche? / ¿Quién, yo?

<< Cuando una persona miente, las pausas entre cada palabra que dice aumentan unas cuantas décimas de segundo >>

En cualquiera de los casos, los centros de procesamiento del cerebro están siendo puestos en funcionamiento de manera sorpresiva, y con el pleno conocimiento de que a una pregunta sencilla debe seguirle una respuesta sencilla, la mente necesita valiosas décimas de segundo para articular una respuesta no comprometedora.

¿Cómo hace el mentiroso para ganar tiempo? pues repite la pregunta. Es instintivo.

2) Complementar la respuesta con la pregunta misma.
Digamos que no repites literalmente la pregunta, sino que la “adjuntas” a una respuesta que debería ser, a todas luces, sencilla. Por ejemplo:
- Andrea: Amor, ¿Le pusiste comida al perro?
- Beto: Uhm, Sí amor, yo le puse comida.

Luego de una respuesta así, esperemos que Beto se asegure de que Fido no se muera de hambre.
El incluir la pregunta original como una coletilla de la respuesta (que en este caso podría ser simplemente “Uhm, Sí amor“) es señal que el centro del lenguaje quiere sonar convincente, cosa que no ocurre cuando nos preguntan, por ejemplo, nuestro nombre.

2 – LA BOCA QUE PICA:
Allan Pease, en su libro “el lenguaje del cuerpo”, explica cómo los gestos adultos son en realidad evoluciones de los movimientos automáticos de los niños.
Las expresiones de emotividad, los movimientos exagerados de las manos y los ojos desmesuradamente abiertos son rasgos infantiles inconfundibles que llegan sin escalas a la adultez, aunque cada vez más y más sutiles para llamar cada vez menos la atención.

¿Qué hace un niño instintivamente cuando escucha una mentira, una grosería o algún vocablo impropio?
Su reacción natural será la de taparse con ambas manos la boca, queriendo decir con este gesto “¡No puedo creer lo que estés diciendo!”.
Al ir creciendo, esta manifestación se hace casi imperceptible y puede derivar en un simple toque de las comisuras de los labios o incluso la punta de la nariz.

“Un momento”, dirás, “En ese caso el niño se tapa la boca porque escucha una mentira, más no porque la dice.” Recuerda por un instante que el cerebro humano es propenso a “representar” sensaciones que no están realmente presentes.
Si por ejemplo ves a alguien mordisquear un limón, no podrás evitar sentir su gusto ácido en tu propia boca, que hasta podría salivar.
El mismo reflejo nos lleva al gesto de las manos que se llevan a la boca cuando otra persona miente.

<< Los mentirosos evitan a toda costa hablar de frente..Prefieren hacerlo girando un poco el cuerpo.>>

Está científicamente comprobado: de todos los “micropicores” definidos por Phillippe Turchet en el libro “El lenguaje de la seducción”, el de las comisuras de los labios y el de la punta de la nariz están íntimamente relacionados con el mentir.

Simplemente basta con que te imagines un triángulo sobre la boca y nariz de tu interlocutor, pendientes si en algún momento se acerca las manos a él.

Una de las ventajas en cuanto a la precisión de este “indicio” de la mentira es que los nervios que causan esa picazón en los labios rara vez son afectados por una alergia; la nariz puede dispensarse en algunos casos de resfriado común o reacción a un olor fuerte, pero los labios al ser tocados no pueden mentir. La persona está insegura de lo que está diciendo, ya sea que esté creando todo un argumento o simplemente esté pensando en cómo demostrar su inocencia.
¡Las comisuras de los labios son implacables!





3- LA SIEN PERLADA:
¿Has notado cómo una persona que se siente amenazada, empieza a sudar copiosamente? Aún cuando escasos segundos antes tenía una frente ligeramente seca, ahora la ves profusamente perlada producto de… el nerviosismo.

Esta reacción es provocada de manera natural por la amígdala cuando tu sistema límbico presiente que te encuentras ante un peligro inminente.
En vez de esperar a que entres en actividad física que eleve tu temperatura y que provoque la correspondiente sudoración para calmarla, el cuerpo se anticipa provocando una transpiración que por la ausencia de esfuerzo, sientes más fría de lo normal.
La sudoración de la frente es un indicio claro de que la persona está nerviosa. ¿Nerviosa por qué…? puede que lo esté simplemente porque se siente acusada y está buscando exponer su explicación; o bien no tiene ninguna explicación y tiene que inventarla.
Quien miente no usa todos los músculos de su rostro, pues está tratando de falsificar sus emociones.

En ese momento la persona que está siendo “acusada” entra en un círculo vicioso en el que le es imposible generar palabras coherentes puesto que su cerebro está dividido entre:

A) Alarmar sobre el peligro del momento.
determinar la intención y reacciones de su interlocutor
C) Desarrollar la mentira.

Si a todo esto le añades el hecho de que ya está nervioso y no puede pensar con claridad, es muy factible que termine metiendo la pata o simplemente lo confiese todo.

Debes estar absolutamente seguro de que no hace el calor suficiente como para que la persona esté sudando.

Una cuidadosa observación previa al “interrogatorio”, nos permitirá determinar si la piel de su sien está seca.
Cuando la reacción al peligro lo invada, notarás que la tez se volverá más clara (por compresión de los capilares) y… empezará a sudar.
En el caso de quienes sufren de hiperhidrosis o sudoración constante, no se da ese cambio de (frente seca / perlada de sudor), pues siempre tienen una ligera capa de transpiración.

4 – LOS OJOS FIJOS:
Entre las “cartillas” de lenguaje corporal que abundan en internet para detectar mentiras, un mito muy difundido es el siguiente:

“Los ojos de una persona que miente tratan de evadir constantemente a su interlocutor, ya sea por vergüenza o pesar”

En realidad, mentir es como jugar al baloncesto.
¿Te imaginas que estés probando tus tiros, y que cada vez que lances el balón voltees hacia otro lado?
Poco probable, siempre querrás ver si aciertas o no.
Exactamente eso es lo que hacemos, mantenemos nuestra mirada fija en la trayectoria del balón.

Cuando mientes, lanzas una “pelota” que esperas que tu interlocutor atrape… y que baje la guardia y nos crea.
Hasta entonces, tratarás de escrutar cada centímetro de su rostro, el brillo de sus ojos, la tensión en su cara, el color de la piel, la respiración… buscarás de manera desesperada una confirmación de que lo que inventaste ha destruido por completo la duda de la otra persona.
Hasta entonces, no dejarás de mirar.
Las manos, al igual que los ojos, se mueven menos cuando mentimos.

Todo exceso es sospechoso. En algún momento te habrás topado con alguien que sabías que mentía… y que se esforzaba ridículamente por no establecer contacto visual alguno.
Quizás se quedaba viendo una grieta en el techo, o quizás una piedrita en el piso… pero nunca volteaba a verte.
Lo más probable es que no tuviese un argumento, sino que más bien se empeñara una y otra vez en negar su participación o conocimiento de la acusación.
En este caso, la certeza de que está mintiendo es aún mayor.






5 – JUSTIFICARSE INNECESARIAMENTE:
Una de las recomendaciones que hacen los abogados a las personas que están siendo interrogadas, bien sea en una comisaría o en un juicio, es el de ser fríamente concretos “Sí” o “No” son las respuestas adecuadas, si hay que responder con una frase completa, debe hacerse lo más sencilla posible y responder exactamente lo que están preguntando.

Si te preguntan “¿Dónde estuvo usted la noche del martes?”, nuestra respuesta debe ser de menos de cuatro palabras.
“En la discoteca tal o cual”. Punto.

Criminólogos, abogados, psicólogos, psiquiatras y demás profesionales afines conocen perfectamente la razón de esta recomendación.
Cuando nos sentimos culpables por una u otra razón, o cuando estamos nerviosos porque queremos demostrar nuestra inocencia o eficiencia, tendemos a… justificarnos innecesariamente.

¿Qué podemos definir como una justificación innecesaria? todo detalle que busca probar lo que estamos diciendo.
Por ejemplo, un criminal que tenga una coartada para “el martes en la noche”, la espetará completa sin que se lo soliciten, con tal de que lo dejen en paz de una vez.
Y aquí es cuando los especialistas nos damos cuenta si ha estado practicando la respuesta, una persona que realmente tiene que “recordar”, se toma su tiempo en estructurar los detalles.
No tiene que practicar nada, puede responder calmadamente, pues está hablando con la verdad.
Si responde rápidamente y sin dudar, quizá tenía pensada y practicada su respuesta.

Entonces ¿Qué ganas hablando más de la cuenta?.Absolutamente nada.
De hecho pierdes mucho, pues das detalles muchas veces innecesarios que ayudarán a un interrogador sagaz a contradecirte eventualmente, incluso si eres sincero.

¿Cómo es posible? el nerviosismo es el culpable, si la respuesta a la pregunta fuese “Estaba en la discoteca… con Juan y Maria y en realidad Juan sólo te acompañó diez minutos y se fue, entonces quien nos interroga podría alegar que “A las 9:30 p.m. Juan se encontraba en casa de su mamá. ¿Cómo es posible que estuviese con usted en la discoteca?“.
Ahí te toca justificar aún más.
Dirías (aún más nervioso) “Ah, es que él se marchó a las 9:10… no volví a saber de él“.
Y por ahí te vas. ¿Te imaginas si a las 9:45 le enviaste un mensaje de texto a Juan y lo olvidaste? Todo se complica.
Y todo por culpa de… justificarte innecesariamente.






6 – BAJAR LA VOZ Y TRAGAR SALIVA:

Ésta es la lección para detectar mentiras más fácil de implementar. Cuando una persona miente o está inventando algo, su tono y volumen de voz disminuyen dramáticamente, casi en un 50%.
De hablar con una correcta modulación, pasa de repente a bajar la voz con discreción y de nuevo a un tono de voz normal.
¡Inclusive, puede ocurrir varias veces a lo largo de frases concatenadas!
Trata de identificar, a medida que tu interlocutor se expresa, las subidas y bajadas de tono, pon atención a qué detalles estaba explicando en el momento en que disminuyó el volumen al hablar, Apunta maquiavélicamente tus próximas preguntas a estos detalles que tu “víctima” quiere pasar por debajo de la mesa.

<<Los deslices verbales, cuando te “traiciona el subconsciente“, son más reveladores de lo que crees>>

En la misma medida que el tono de voz oscila con las mentiras, hay otro detalle vocal que no puede restársele protagonismo: tragar saliva.
Éste es un proceso automático que hacemos todo el tiempo, pero si estamos nerviosos lo hacemos casi deliberadamente y se nota.

Los cómics han sido bastante explicativos al respecto, pues el gesto clásico del personaje aterrado que debe halarse el cuello de la camisa para poder tragar saliva con la parsimonia que lo caracteriza, está firmemente arraigado en nuestro léxico corporal.

Pero esta clave está más allá de una simple viñeta infantil.
Es un hecho que las personas, cuando estamos nerviosas, necesitamos (conscientemente) tragar saliva.
¡Ojos pendientes de la garganta de tu interlocutor!

Es más fácil si el sujeto es hombre, pues la manzana de Adán es una especie de bandera gigante que te permitirá presenciar este fenómeno a plenitud.



7 – EL ALIVIO DE LA RETIRADA:
La última técnica que debemos aprender para detectar mentiras es, sin duda alguna, la más difícil de aplicar.
Se basa en la siguiente premisa:
“Cuando una persona está siendo interrogada de manera inquisitiva, se mantendrá a la defensiva y su cuerpo estará tenso.

En el momento que el interrogatorio termine, pueden ocurrir una de dos cosas: O bien la persona ´contrataca´ diciendo lo injusto que hemos sido en pensar que está mintiendo, o bien se queda callada y su cuerpo se relaja por unas décimas de segundo.”

En pocas palabras, una persona culpable se sentirá aliviada instantáneamente cuando el “interrogatorio” termine.

¿Por qué es tan difícil de poner en práctica?

Primero y principal, esta es la única técnica que implica al mentiroso en pleno conocimiento de que lo estamos interrogando. Este proceso, en sí mismo un arte delicado, debe ser lo suficientemente exasperante para él como para que exhiba al menos tres de las seis claves expuestas en los posts de esta serie.

En ese momento sus hombros estarán tensos, pues el reptil ubicado en el sótano del cerebro triuno los precalienta por si la situación amerita resistir un soberano sartenazo.

Una persona sincera está dispuesta a cooperar y dar explicaciones, un mentiroso se pone a la defensiva y responde lo más escueto posible.

Si el interrogatorio finaliza de manera súbita, debes estar atento a dos claves:
A) la relajación de uno ó ambos hombros.
La respiración, que siendo superficial hasta ese momento, se reanudará con un suspiro sordo.

Imagínate que te empiezan a acusar de algo que no es cierto.
A pesar de lo que dices en tu defensa, siguen sin creerte.
¡Te indignarías! Y no sería una emoción que se disipe de buenas a primeras.
Apenas termina el interrogatorio, empezarías a reclamar la injusta acusación.
Pero si eres culpable, la actitud es otra.
Por medio segundo te relajas, aliviado de que ya el ataque terminó, pero enseguida el hemisferio izquierdo del cerebro toma las riendas y dice “¡Epa! se supone que debes demostrar indignación!”

Una llamada telefónica es el medio preferido para decir mentiras.

¿Cómo ejecutarlo correctamente? Existe un Procedimiento sistemático para lograrlo, requiere de cierta práctica pero es totalmente:

1) Acorrale al (supuesto) mentiroso, lanzando pregunta tras inquisitiva pregunta, tratando de ir aumentando su estrés, pero sin que sobrerreaccione. Vaya cocinándolo a fuego lento.

2) Verifique visualmente que, efectivamente, sus hombros se empiezan a subir y “juntarse” un poco.

Este paso es muy importante, y es el que da pie a:

3) Lance una última pregunta y espere la respuesta (cualquiera que sea), y por último…

4) ¡El punto decisivo!
Apenas el mentiroso termina su respuesta, nos quedamos de tres a cuatro segundos mirándolo fijamente a los ojos, como considerando que está diciendo en efecto la verdad, mientras, nuestras manos deben estar apuntaladas en la cintura, dando a entender que no vamos a dar un paso atrás.
Al terminar los tres ó cuatro segundos de mirada fija… afloja los brazos, gira tu cuerpo 45°, llévate una palma a la frente y suspira profundamente, oscilando los ojos hacia abajo, pero sin perderlo de vista.
Es común el uso de pronombres imprecisos (nosotros, ustedes, ellos) para separarse emocionalmente de la mentira.

Este gesto compuesto le dará a tu interlocutor absoluta certeza de que el interrogatorio ha terminado.
¡Es el momento!
¿Empieza el contraataque inmediatamente o hay una fracción de segundo de alivio?




 Las víctimas de violencia de género suelen vivir en una espiral. Su vida con su maltratador sigue un ciclo:

1. Fase de la agresión. En esta fase el maltratador golpea, grita, insulta, denigra, humilla.... a la víctima.
2. Fase de arrepentimiento. En esta etapa, el maltratador pide perdón, hace regalos a la víctima, justifica y minimiza el maltrato.
3. Fase de tensión. En esta etapa, el maltratador comienza a ponerse irascible y crispado. Comienza a ponerse nervioso poco a poco hasta que cae otra vez en el maltrato, iniciándose así de nuevo el ciclo.

Para la víctima es difícil inicialmente darse cuenta de lo que vive, hasta que el ciclo se repite una y otra vez. Es importante por eso aprender a reconocer las diferentes fases y poder así poner fin a la violencia.


 «Los asesinatos elegantes, los asesinatos limpios, los asesinatos desde lejos, los asesinatos colaterales, los asesinatos televisados (y aquellos de los que jamás sabremos nada), los asesinatos con mentiras y con papeles, los asesinatos con líneas invisibles, los asesinatos ceremoniales, los asesinatos económicos, los asesinatos indirectos, incluso los muy indirectos... TAMBIÉN SON ASESINATOS, también tienen víctimas y, desde luego, también tienen responsables, aunque suelan salir impunes». 





CAMBIAZO DE TARJETAS.

Es una modalidad en la cual los delincuentes se acercan a los cajeros automáticos y observan a los clientes que tienen alguna dificultad para ofrecer su ayuda, le piden la tarjeta para supuestamente enseñarle cómo utilizarla y allí aprovechan para cambiarla por otra de las mismas características.

Cómo opera?

Una vez en el lugar y seleccionada la persona, uno de los delincuentes se aproxima a la víctima y se ofrece a ayudarle diciéndole que le facilite la tarjeta para enseñarle a utilizarla e inclusive le menciona que hay que limpiarla para poderla utilizar. Ante esta explicación, la víctima le entrega la tarjeta y éste muy ágilmente se la cambia por otra de las mismas características entregándola y retirándose del lugar.

Luego, otro delincuente se acerca con mucha cautela al cliente y observa la clave que fue ingresada. Como el sistema no le permite acceder con esa tarjeta, el delincuente le aconseja que se acerque a una de las agencias de su Banco para que le ayuden.

Cuando la víctima se retira del cajero, los delincuentes ingresan la tarjeta robada con la clave que fue observada y retiran el dinero.


Cómo evitarlo?

• Nunca pida o acepte ayuda de desconocidos.

• Observe que no existan personas con actitudes sospechosas, con gorras, gafas (en especial en horas de la noche) o que simulan realizar una transacción y nuevamente se pone en la fila mirando a los usuarios.

• En caso de observar las actitudes mencionadas en el punto anterior, es mejor que se retire del lugar y utilice otros cajeros automáticos.

• Exija a la persona que se encuentre detrás de usted, guardar distancia, de tal forma que tenga un espacio de privacidad para realizar su transacción.

• En caso de tener algún inconveniente con su tarjeta, si alguien la ha tomado, cerciórese que no se la hayan cambiado.

• Cuando usted ingrese la clave en un cajero, asegúrese que nadie lo esté observando.

• Utilice su cuerpo como una barrera visual al momento de ingresar su clave.


Recomendaciones Importantes:

• Si pierde o extravía su tarjeta de cajero automático y/o crédito, notifique de inmediato al Banco para bloquearla.

• Las transacciones con los datos de sus tarjetas son de su plena responsabilidad.

• Evite usar cajeros en horarios no apropiados o sitios riesgosos y oscuros.

• Ignore carteles informales pegados en el área del cajero.

• Luego de realizar cualquier transacción verifique su nombre en la tarjeta.

• Nunca ingrese su clave si el cajero automático no se la pide.

• Recuerde que sin su clave no se puede llevar a cabo ningún acto delictivo.

• Al terminar su transacción verifique que no lo sigan, si esto sucede trate de llegar a un puesto policial o zona comercial con vigilancia.


El chantaje emocional y la manipulación

El chantaje emocional es una forma de control que recurre a la culpa, la obligación o el miedo para conseguir que otra persona actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor de quién hace el chantaje. Una manera de manipular la voluntad ajena que se basa en provocar sentimientos negativos de los que la persona chantajeada no parece poder salir salvo que haga aquello que quiere el "chantajeador".

Todos nos hemos visto involucrados alguna vez en una sitiación parecida, ya sea como víctimas o como verdugos. Pero, ¿por qué manipulamos o dejamos que nos manipulen?

El chantaje emocional está infiltrado en nuestras relaciones por lo que, en ocasiones, es complicado determinar cuándo somos chantajeados o cuando ejercemos de chantajistas. Suele hacerse de manera inconsciente y esto hace más difícil detectar la manipulación. Frases como “tú sabrás lo que haces”; “allá tú con tu decisión”; “si me quisieras no harías eso”; son un ejemplo de cómo mensajes que, a priori, parecen inofensivos pueden llevar una carga de intencionalidad para meter miedo a la otra persona, si no cumple con los deseos del chantajista.

Generalmente asociamos la manipulación con personas maquiavélicas, retorcidas y egoístas. Pero en la práctica, todos recurrimos alguna vez algún tipo de chantaje emocional. Uno ejerce el papel de manipulador siempre y cuando se intenta controlar lo que dice o hace otra persona, se exige y no se da alternativa de elección o se dinamita la autoestima ajena. El objetivo del chantaje emocional suele ser ganar el poder en una relación.

DEFENDERSE DEL CHANTAJISTA

No todos los grados de chantaje son iguales, ni responden a los mismos objetivos. Algunos son inocentes y casi inofensivos; sin embargo, otros son tan retorcidos que pueden terminar dinamitando psicológicamente a la otra persona. La manipulación llevada al extremo puede dejar una herida emocional muy dañina para la persona que lo sufre.

El chantajista emocional ejerce el papel de víctima, probablemente lleno de inseguridades y miedos. En lugar de hacerse cargo de sus limitaciones, carga sobre el otro esas las debilidades, provocándole sentimientos negativos. El chantajeado acepta, principalmente, por temor a las consecuencias, al enfado o a que el chantajista cumpla con sus amenazas.

Defenderse de un chantajista depende de uno mismo. Cuando uno cree que está siendo manipulado, lo mejor es adoptar una actitud pasiva. No negarse, pero tampoco aceptar sus peticiones sin más. Dejarlo en "stand by". Esta tregua de tiempo servirá para observar las emociones en uno mismo. Sentimientos como la culpabilidad, el desasosiego o la frustración suelen estar asociados a prácticas manipulativas. Nadie puede dirigir las acciones de otro. Por lo tanto, no permitas que nadie someta tu voluntad al chantaje emocional. - See more at: http://lamenteesmaravillosa.com/el-chantaje-emocional-y-la-manipulacion#sthash.JGSkH1cT.dpuf


El chantaje emocional y la manipulación

El chantaje emocional es una forma de control que recurre a la culpa, la obligación o el miedo para conseguir que otra persona actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor de quién hace el chantaje. Una manera de manipular la voluntad ajena que se basa en provocar sentimientos negativos de los que la persona chantajeada no parece poder salir salvo que haga aquello que quiere el "chantajeador".

Todos nos hemos visto involucrados alguna vez en una sitiación parecida, ya sea como víctimas o como verdugos. Pero, ¿por qué manipulamos o dejamos que nos manipulen?

El chantaje emocional está infiltrado en nuestras relaciones por lo que, en ocasiones, es complicado determinar cuándo somos chantajeados o cuando ejercemos de chantajistas. Suele hacerse de manera inconsciente y esto hace más difícil detectar la manipulación. Frases como “tú sabrás lo que haces”; “allá tú con tu decisión”; “si me quisieras no harías eso”; son un ejemplo de cómo mensajes que, a priori, parecen inofensivos pueden llevar una carga de intencionalidad para meter miedo a la otra persona, si no cumple con los deseos del chantajista.

Generalmente asociamos la manipulación con personas maquiavélicas, retorcidas y egoístas. Pero en la práctica, todos recurrimos alguna vez algún tipo de chantaje emocional. Uno ejerce el papel de manipulador siempre y cuando se intenta controlar lo que dice o hace otra persona, se exige y no se da alternativa de elección o se dinamita la autoestima ajena. El objetivo del chantaje emocional suele ser ganar el poder en una relación.

DEFENDERSE DEL CHANTAJISTA

No todos los grados de chantaje son iguales, ni responden a los mismos objetivos. Algunos son inocentes y casi inofensivos; sin embargo, otros son tan retorcidos que pueden terminar dinamitando psicológicamente a la otra persona. La manipulación llevada al extremo puede dejar una herida emocional muy dañina para la persona que lo sufre.

El chantajista emocional ejerce el papel de víctima, probablemente lleno de inseguridades y miedos. En lugar de hacerse cargo de sus limitaciones, carga sobre el otro esas las debilidades, provocándole sentimientos negativos. El chantajeado acepta, principalmente, por temor a las consecuencias, al enfado o a que el chantajista cumpla con sus amenazas.

Defenderse de un chantajista depende de uno mismo. Cuando uno cree que está siendo manipulado, lo mejor es adoptar una actitud pasiva. No negarse, pero tampoco aceptar sus peticiones sin más. Dejarlo en "stand by". Esta tregua de tiempo servirá para observar las emociones en uno mismo. Sentimientos como la culpabilidad, el desasosiego o la frustración suelen estar asociados a prácticas manipulativas. Nadie puede dirigir las acciones de otro. Por lo tanto, no permitas que nadie someta tu voluntad al chantaje emocional. - See more at: http://lamenteesmaravillosa.com/el-chantaje-emocional-y-la-manipulacion#sthash.JGSkH1cT.dpuf

El chantaje emocional y la manipulación

El chantaje emocional es una forma de control que recurre a la culpa, la obligación o el miedo para conseguir que otra persona actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor de quién hace el chantaje. Una manera de manipular la voluntad ajena que se basa en provocar sentimientos negativos de los que la persona chantajeada no parece poder salir salvo que haga aquello que quiere el "chantajeador".

Todos nos hemos visto involucrados alguna vez en una sitiación parecida, ya sea como víctimas o como verdugos. Pero, ¿por qué manipulamos o dejamos que nos manipulen?

El chantaje emocional está infiltrado en nuestras relaciones por lo que, en ocasiones, es complicado determinar cuándo somos chantajeados o cuando ejercemos de chantajistas. Suele hacerse de manera inconsciente y esto hace más difícil detectar la manipulación. Frases como “tú sabrás lo que haces”; “allá tú con tu decisión”; “si me quisieras no harías eso”; son un ejemplo de cómo mensajes que, a priori, parecen inofensivos pueden llevar una carga de intencionalidad para meter miedo a la otra persona, si no cumple con los deseos del chantajista.

Generalmente asociamos la manipulación con personas maquiavélicas, retorcidas y egoístas. Pero en la práctica, todos recurrimos alguna vez algún tipo de chantaje emocional. Uno ejerce el papel de manipulador siempre y cuando se intenta controlar lo que dice o hace otra persona, se exige y no se da alternativa de elección o se dinamita la autoestima ajena. El objetivo del chantaje emocional suele ser ganar el poder en una relación.

DEFENDERSE DEL CHANTAJISTA

No todos los grados de chantaje son iguales, ni responden a los mismos objetivos. Algunos son inocentes y casi inofensivos; sin embargo, otros son tan retorcidos que pueden terminar dinamitando psicológicamente a la otra persona. La manipulación llevada al extremo puede dejar una herida emocional muy dañina para la persona que lo sufre.

El chantajista emocional ejerce el papel de víctima, probablemente lleno de inseguridades y miedos. En lugar de hacerse cargo de sus limitaciones, carga sobre el otro esas las debilidades, provocándole sentimientos negativos. El chantajeado acepta, principalmente, por temor a las consecuencias, al enfado o a que el chantajista cumpla con sus amenazas.

Defenderse de un chantajista depende de uno mismo. Cuando uno cree que está siendo manipulado, lo mejor es adoptar una actitud pasiva. No negarse, pero tampoco aceptar sus peticiones sin más. Dejarlo en "stand by". Esta tregua de tiempo servirá para observar las emociones en uno mismo. Sentimientos como la culpabilidad, el desasosiego o la frustración suelen estar asociados a prácticas manipulativas. Nadie puede dirigir las acciones de otro. Por lo tanto, no permitas que nadie someta tu voluntad al chantaje emocional. - See more at: http://lamenteesmaravillosa.com/el-chantaje-emocional-y-la-manipulacion#sthash.JGSkH1cT.dpuf

El chantaje emocional y la manipulación

El chantaje emocional es una forma de control que recurre a la culpa, la obligación o el miedo para conseguir que otra persona actúe de acuerdo a unos intereses que van en favor de quién hace el chantaje. Una manera de manipular la voluntad ajena que se basa en provocar sentimientos negativos de los que la persona chantajeada no parece poder salir salvo que haga aquello que quiere el "chantajeador".

Todos nos hemos visto involucrados alguna vez en una sitiación parecida, ya sea como víctimas o como verdugos. Pero, ¿por qué manipulamos o dejamos que nos manipulen?

El chantaje emocional está infiltrado en nuestras relaciones por lo que, en ocasiones, es complicado determinar cuándo somos chantajeados o cuando ejercemos de chantajistas. Suele hacerse de manera inconsciente y esto hace más difícil detectar la manipulación. Frases como “tú sabrás lo que haces”; “allá tú con tu decisión”; “si me quisieras no harías eso”; son un ejemplo de cómo mensajes que, a priori, parecen inofensivos pueden llevar una carga de intencionalidad para meter miedo a la otra persona, si no cumple con los deseos del chantajista.

Generalmente asociamos la manipulación con personas maquiavélicas, retorcidas y egoístas. Pero en la práctica, todos recurrimos alguna vez algún tipo de chantaje emocional. Uno ejerce el papel de manipulador siempre y cuando se intenta controlar lo que dice o hace otra persona, se exige y no se da alternativa de elección o se dinamita la autoestima ajena. El objetivo del chantaje emocional suele ser ganar el poder en una relación.

DEFENDERSE DEL CHANTAJISTA

No todos los grados de chantaje son iguales, ni responden a los mismos objetivos. Algunos son inocentes y casi inofensivos; sin embargo, otros son tan retorcidos que pueden terminar dinamitando psicológicamente a la otra persona. La manipulación llevada al extremo puede dejar una herida emocional muy dañina para la persona que lo sufre.

El chantajista emocional ejerce el papel de víctima, probablemente lleno de inseguridades y miedos. En lugar de hacerse cargo de sus limitaciones, carga sobre el otro esas las debilidades, provocándole sentimientos negativos. El chantajeado acepta, principalmente, por temor a las consecuencias, al enfado o a que el chantajista cumpla con sus amenazas.

Defenderse de un chantajista depende de uno mismo. Cuando uno cree que está siendo manipulado, lo mejor es adoptar una actitud pasiva. No negarse, pero tampoco aceptar sus peticiones sin más. Dejarlo en "stand by". Esta tregua de tiempo servirá para observar las emociones en uno mismo. Sentimientos como la culpabilidad, el desasosiego o la frustración suelen estar asociados a prácticas manipulativas. Nadie puede dirigir las acciones de otro. Por lo tanto, no permitas que nadie someta tu voluntad al chantaje emocional. - See more at: http://lamenteesmaravillosa.com/el-chantaje-emocional-y-la-manipulacion#sthash.JGSkH1cT.dpuf

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